domingo, 26 de junio de 2011

COMIENZAN LOS JUEGOS!!

La ilusión y el nerviosismo se podían tocar con los dedos desde que nos levantamos, ya tenemos ganas de empezar la competición y todos los deportistas sienten que llega lo mejor, llega aquello para lo que hemos venido, llega nuestra participación en nada más y nada menos que en unos juegos mundiales; en el país en el que se celebraron los primeros juegos olímpicos, tanto de la era antigua como de la moderna. Y la inauguración tendrá lugar en el estadio olímpico en el que se inauguraron los primeros juegos olímpicos de la era moderna.
Por desgracia, tenemos que decir que la organización es tan mala que nos ha fastidiado a todos el poder disfrutar al máximo de un momento tan especial que debería ser recodado como uno de los mejores momentos de nuestras vidas deportivas. Os cuento como han sucedido las cosas.
La información es inexistente, por lo que los rumores y los “me han dicho” son la base de nuestra planificación. Ayer por la noche nos han dicho que tendríamos que levantarnos a las 5:45 para que el entrenador principal (Jose) asista a la reunión organizativa y los demás podamos visitar las instalaciones, lo que nos hacía mucha ilusión pues son las que se utilizaron para los juegos olímpicos del 2004 y donde juega el Panathinaikos y dicen que son impresionantes.
Pues justo antes de irnos a dormir nos dicen que “me han dicho” que es posible que en el autobús no haya sitio para todos.
Ante la duda decidimos que no valía la pena arriesgarse y que descansaríamos. Así que tuvimos que informar a los deportistas que había un cambio de planes y que mientras Jose asiste a la reunión el equipo se queda conmigo durante la jornada matutina para hacer un entrenamiento y después algo de relax en la playa.
Cuando llega Jose nos dice que menos mal que no hemos ido porque a los equipos que se han arriesgado a darse el madrugón no les han dejado entrar en las instalaciones.
Comimos y nos preparamos para asistir a la inauguración de los juegos en Atenas. Fue una tarde muy, muy larga, con un calor difícil de soportar, en la que estuvimos esperando en un parque enorme donde habían preparado más de diez mil sillas, todas bajo enormes sombrillas y nos repartían continuamente agua y bocadillos.



Por fin empezó la inauguración, el desfile se hizo muy largo, pues la entrada y el acomodo de diez mil personas es cuestión de más de una hora. El espectáculo inaugural fue bastante bueno pero duró cuatro horas, eso nos ha llevado a las dos de la madrugada, la salida del estadio estaba mal organizada y nos hemos juntado un montón de delegaciones en la zona de embarque de los autobuses. A pesar de que había cientos de voluntarios, casi ninguno podía informarnos de cómo funcionaba el embarque y, mucho menos, se pusieron a organizar a las delegaciones. Aquello se convirtió en un verdadero campo de batalla donde las estrategias para conseguir un autobús fueron de los más variopinto y a cada cual más indignante y ofensiva. En este sentido destacar que la delegación española ha tenido un comportamiento ejemplar y no ha interferido ni retrasado el embarque de otras delegaciones como se podía ver constantemente en la mayoría de las otras delegaciones.



Cuando llegamos al alojamiento eran las cuatro menos cuarto, pedimos a los deportistas que se fuesen a dormir y los entrenadores fuimos, junto con la responsable de nuestra delegación (Cuca) al punto de información para hacer llegar nuestras quejas por el horario y solicitar que la competición se retrasase para garantizar el descanso de los deportistas.
La respuesta fue un NO rotundo que no fuimos capaces de comprender y que nos indignó profundamente. Para que podáis entender la situación he de deciros que los deportistas se habían acostado a las cuatro de la mañana y deberían levantarse a las seis de la mañana para competir!! Y que si no lo hacían los eliminarían de la competición!!
Creo que no es necesario que os explique cómo me he sentido y las múltiples razones por las que tomé una de las decisiones que más me han costado desde que trabajo con vosotros. Comuniqué a Cuca que, con muchísima pena y dolor, tres de los gallegos no se levantarían a las seis de la mañana por cuestiones de salud y que permitiría que el cuarto decidiese él lo que prefería hacer. Finalmente la situación quedó de la siguiente forma. Ángel decidió madrugar y Sergio, Souza y Pedro se quedarían conmigo y no se levantarían antes de las diez de la mañana, hora para la que puse el despertador. Con esta decisión puse en peligro la participación de estos tres deportistas en los juegos; aunque realmente siento que es una decisión que me han obligado a tomar; pues si Special Olympics entendiese que los juegos olímpicos son los atletas y no un calendario de competición y si Special Olympcis realmente primase los derechos y los intereses de los deportistas sobre todo lo demás (cosa de la que siempre se jactan en sus discursos) no nos habríamos visto en esta situación y ellos mismos habrían aplazado el inicio de la competición y no nos dejarían a los entrenadores en esta tesitura.
No sé cuando ha sonado el despertador, os aseguro que lo he conectado, pero no recuerdo cuando ha sonado ni cómo lo he apagado. Lo único que sé es que fue la llamada del entrenador principal la que me despertó. Pero lo que más me sorprendió no fue que yo me quedase dormido, lo que más me sorprendió es que los deportistas, especialmente los que toman medicación para dormir y que no había sido administrada porque el enorme cansancio de la noche anterior aseguraba que dormirían y para evitar que ante un posible madrugón no fuesen capaces de despertarse (decir que siempre planteé que no los despertaría con menos de seis horas de sueño).
A las diez y media de la mañana, al contestar al teléfono, el entrenador me dijo que si podíamos que fuésemos cuanto antes pues aún no habían comenzado ni sabían cuando lo harían. Desperté a los deportistas y les pedí que se vistiesen mientras yo fui a informarme de cuando saldría el siguiente autobús (no nos facilitan los horarios de los autobuses, nunca sabemos cuándo saldrá el próximo). Al llegar al punto de información me encontré con Cuca que me dice que el autobús saldrá inmediatamente y que no esperará por nosotros. A partir de aquí todo fue una locura. Salí corriendo a la habitación, metí la ropa que les faltaba en sus mochilas, los acabé de vestir como si fuesen niños y los he sacado corriendo (literalmente hablando) de las habitaciones hacia los autobuses sin siquiera llevarnos algo a la boca. Al llegar a los autobuses nos dimos cuenta que, con las prisas, se quedaran atrás las acreditaciones y sin ellas sería IMPOSIBLE entrar en las instalaciones, por lo que volví a las habitaciones corriendo como un loco para recogerlas y regresar como alma que lleva el diablo a los autobuses donde Cuca se había quedado con los deportistas. Cuando llego Cuca me dice que la información ya no es la misma y que el próximo autobús tardará media hora. Entonces le digo que tomaré un taxi para ir a las instalaciones, que por favor me consiga uno. Se dirige al punto de información para solicitar un taxi y vuelve diciendo que acaban de comunicar que el autobús llegará en dos minutos (ya veis la fiabilidad de la información que nos dan).
Tomamos el autobús y aproveché el trayecto para explicarles a los deportistas cual era la situación y pedirles disculpas por cómo los había tratado sacándolos de malas maneras de la habitación para tomar el autobús.
Al llegar a la instalación había un montón de voluntarios, pero ninguno capaz de decirnos donde estaba el equipo español, así que tuvimos que buscarnos las castañas y encontrarlos nosotros mismos. Por suerte los encontramos rápidamente y nos organizamos para buscar algo con qué desayunar para poder administrar las medicaciones de la mañana.
Cuando por fin pudimos levantar la cabeza y prestar atención a lo que nos rodeaba se nos cayó el alma al suelo, la instalación estaba repleta de deportistas y entrenadores durmiendo en las gradas, en las zonas de descanso y en las zonas de calentamiento.
Pero aquí no acababa la cosa, a las doce del mediodía, cuando nosotros llegamos, todavía no sabían a qué hora tendríamos el primer partido, así que estuvimos dando la lata a la voluntaria de delegación para que nos consiguiese más comida y a los de la organización para que nos informasen en cuánto tuviesen algo.
De repente nos dicen que jugamos en otra pista diferente a la que nos habían asignado en menos de quince minutos. Recogimos todo y salimos corriendo a la pista correspondiente. Al llegar un voluntario nos detiene en la entrada y nos dice que no podemos pasar hasta que él nos autorice y se va a preguntar si nos toca jugar a nosotros. La indignación era tal que desoímos las instrucciones del voluntario y pasamos igualmente (entendemos que no es posible que un voluntario que está en control de entrada no tenga la información en la mano y tenga que ir a un mostrador central a preguntarlo). Finalmente nos confirmaron que sí jugaríamos allí y nos pusimos a calentar; cuando estábamos empezando nos llamaron y jugaron el primer partido de preliminares que jugamos contra Italia y ganamos siete a cero en tan sólo seis minutos, que es lo que duran estos partidos.
Al acabar fuimos a recoger bebida y fruta para los deportistas y a esperar que nos informasen del horario del siguiente partido. A las dos de la tarde nos informan que se han acabado las preliminares y que nos podemos ir a los alojamientos. Yo ya no sabía qué hacer, nos fuimos a hablar con la responsable de la delegación española para hacerle saber que queríamos presentar una queja, pues nos han metido en todo este jaleo para hacer una pantomima, pues es totalmente imposible que valoren el nivel de nuestro equipo en un partido de seis minutos en el que sólo han competido seis de los diez jugadores.
Después de hablar con Cuca nos hemos subido al autobús, al llegar al alojamiento hemos comido algo y nos hemos metido directamente en la cama. Los deportistas se acaban de despertar ahora (20:20) y se están preparando para ir a cenar.
Justo antes de irnos a dormir nos han dicho que mañana competiremos a las tres de la tarde, por lo que aprovecharemos para ir a un concierto de música folk griega que hay en el alojamiento, daremos un paseo y nos iremos a la cama a las once y media. Mañana nos levantaremos a las nueve.
Por último deciros a las familias que sentimos mucho todo lo que está pasando y que haremos lo posible para que las condiciones de descanso, alimentación y competición sean las que vuestros deportistas se merecen.
Dato a tener en cuenta: Para haceros una idea del cansancio acumulado deciros que a uno de los deportistas que necesita medicación para dormir (recordad que esta noche no se le ha administrado) hemos tenido que despertarlo por la mañana y se ha quedado dormido en el autobús tanto a la ida como a la vuelta.

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